Salvatore Sapienza nació en Catania en 1980. Su pasión por las artes decorativas comenzó cuando solo tenía 13 años. Su historia como decorador de carros sicilianos comenzó por casualidad, cuando pintó una vieja rueda. Después de restaurar la rueda y pintarla, su padre se la mostró a dos decoradores veteranos. Fue el comienzo de una larga historia sobre arte, amor y artesanía, y por suerte nunca ha terminado. Salvatore comenzó a trabajar con los decoradores, Domenico Di Mauro y Antonio Zappalà, en su taller. Di Mauro era su maestro y su mentor, enseñándole todos los trucos del oficio. Rápidamente se enamoró del arte del carro y pronto se convirtió en su gran pasión. Con sacrificio y gran esfuerzo, Salvatore ha fabricado más de 30 carros sicilianos. Hoy Salvatore trabaja en una frutería que tomó de su abuelo hace 12 años. Quién sabe lo que creará si en el futuro encuentra tiempo para disfrutar de su mayor pasión todos los días.
La superficie de este frigorífico, particularmente distinguida por el verde brillante que sirve de fondo para los motivos de cartocci, es un homenaje a la pintura tradicional de carritos sicilianos. En los paneles laterales hay dos soles ardientes, en el frontal presenta una escena con jóvenes bebiendo y jugando a las cartas. La parte superior está decorada con una vista del volcán Etna, símbolo del poder de la naturaleza. La fertilidad del suelo siciliano está referenciada por ilustraciones de colores brillantes con limones, naranjas, tunas, aceitunas, pistachos y uvas, tanto blancas como negras.
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